17.1.10

SUCESOS BIBLIOTECARIOS

Me ha llegado, entre los correos habituales del día, uno que me ha llenado de inquietud.
Mañana sin falta, en cuanto llegue al colegio,-me dije, pasaré por el lugar del suceso a ver si han quedado señales de la transcendencia del hecho que se cuenta. Leed, leed.
El accidente

Hoy en la biblioteca,
al mediodía,
un príncipe lloraba
a lágrima viva.

Quiso salir de un libro
y pisó en falso
y se cayó rodando
por las estanterías.

¿Cómo se os ha quedado el cuerpo? Pues...como a mí.
Luego me di cuenta de que era una sección de sucesos de El País de la Poesía y que el periodista era Aurelio González Ovies.
Entonces...se me quitó el susto y esbocé una sonrisa.
Y es que... no están los tiempos para perder príncipes.¡Menos mal que nos quedan poetas!

1 comentario:

María García Esperón dijo...

Un príncipe pisando en falso es más encantador que un príncipe encantado cualquiera.