Con el patio de butacas lleno de compañeros acompañados de sus maestros, pudimos trasladarnos en un viaje imaginario y con la musica de Tchaikowsky como pasaporte.
Toda la sala participó con sus cartuinas de color en las que figuraban instrumentos que, en una conversación preocupada, trataban de hallar el paradero de la música que se había alejado sin dejar rastro. También la percusión sobre el propio cuerpo ayudó notablemente en alguna de las partes del concierto para diversión de todos.
Un final precioso con una moderna Danza de los Mirlitones que encantó a un público que aplaudió, colaboró, participó y disfrutó mucho de la sesión.
Y de vuelta a clase, valoración de la actividad con Francisco, el profesor de Música y de nuestro comportamiento con la maestra.
A continuación, sesión de Educación Emocional y recogida de algunos controles que ayer se quedaron sin llevar.Como puede verse, a nosotros una jornada de clases nos da para mucho y suele ser todo muy interesante.
1 comentario:
Hola ,Rosa quiero ir a otro concierto lo he pasado muy bien y creo que mis compis tambien.
Muchos besos.
Alba Álvarez Álvarez.
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