Y de la buena porque, con este frío que pela, no viene mal ponerse al ladito de los fogones.
Nosotros lo hicimos hoy y, en un pis-pas, como buenos brujos cocineros declarados de interés poético que somos, nos hicimos una COMPRA de ingredientes y un CALDO para un poeta amigo que tenemos que anda con los versos pachuchos.
Él no lo sabe todavía pero, vamos a probar si los caldos nos han salido buenos y luego, cuando ya no corra peligro alguno, le mandaremos el recetario.
Como la maestra también hace sus deberes y escribe al mismo tiempo que nosotros, nos deja leer el texto que le salió hoy porque no nos lo leyó en clase por falta de tiempo.
¡Es que la cocina poética es cosa rica y anima cuerpo y mente.
¡¡Ya estamos comidos por la pubLicidad, eh? Pues sí, sí: también te da ALAS.
CALDEANDO VERSOS
Cuando la nive baja
sopla el viento,
sopla el viento,
cuando la reina nube
cubre el secreto,
cuando el silencio blanco
vive en los campos
es cuando te apetece
tomarte un caldo.
Un caldo que contenga
constelaciones,
la sombra de los tilos
y los amores,
un dulce beso nuevo
cuando te duermas,
dos sabias golondrinas
y un lucero que juega
a las cuatro esquinas.
En taza de la abuela
y has de invitarme.
¡Verás cómo este mundo
se vuelve amable!.
Mª Rosa SERDIO.
Y mañana...recogemos cosecha traída de casa.
1 comentario:
Me encanta tu receta de caldo :)Un beso gigante!
Cris
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