Ya ha atravesado el Átlántico, cosa nada difícil después del entrenamiento realizado por las calles de Laviana con Valerio detrás.Ya sabemos cómo son los ratones que, en cuanto ven un sobre un poco relleno de cosas interesantes, se meten hasta el fondo.
Lo que no esperaba nuestro ratoncillo era que iba a emprender un laaaaaaaaaaaaaaaaaaargo viaje y que iba a hacer las Américas como hicieron tantos asturianos en los malos tiempos.
Estoy más que segura de que encontrará alguien con quien hablar de Laviana, Palacio Valdés, el río Nalón y los riquísimos bartolos. ¿Hablará también de lo mucho que leen los niños del "Elena"?
Si queréis cotillear un poco, sólo tenéis que escuchar a María que recibió semejante envío desde Asturias y nos lo cuento TODO.
¿Le gustará a Alfredo que sus ratones hagan viajes tan laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaargos? Se lo vamos a preguntar uno de estos días. ¡No perdáis tiempo y ¡¡click! ¡click!
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