Pasada ya la temporada de matrículas, nos hemos llevado la sorpresa de ver una elegante ave campando por la pista cubierta con su plumaje más elegante y bien temprano, mucho antes del toque de entrada.
No sabemos si sólo fue un intento de vivir una aventura titulada Más allá del gallinero o su afán de cultura la animó a adentrarse en los terrenos del colegio.
Sea como sea, nos sirve de excusa perfecta para recordar esos fantásticos libros y enviar un saludo y nuestro cariño a Concha y a ANAYA, editorial donde están publicadas esas obras.
En la foto los compañeros de QUINTO exhiben su botín de plumas que, con todo cariño, entregaron al conserje para su liberación. La gallina no ha llevado deberes pero tal vez escriba, en sus Memorias, la aventura de hoy.
1 comentario:
No, si ya digo yo en mi entrada que lo que no os pase a vosotros, no le pasa a nadie. O....¿será que vosotros sois capaces de transformar en EXTRAORDINARIO lo cotidiano, lo simple, lo ordinario en toda su extensión?...Claro, tanta lectura de libros de aventuras tiene que causar "graves y permanentes" efectos secundarios, algunos de ellos, estoy segura y sino...al tiempo, de caracter "irreversible"
Un cálido abrazo de papel, también para la gallina.
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