Eso exactamente es lo que hemos hecho ayer gracias a la visita al Parque Infantil de Tráfico de La Felguera donde siempre nos esperan nuestros agentes favoritos, provistos de algunas novedades. Este año fueron los karts eléctricos que nos libraron del ruido y el olor a gasolina. Pero...empecemos por el principio.
Había hasta buen día, buen humor, buen trabajo antes de salir y, como nos tocaba los segundos, que para eso somos del B, nos fuimos a dar un paseo por el Parque de la localidad, que es el sitio especial en el que está el de tráfico.
Árboles enormes, monumentos a personas especiales para el pueblo o actividades culturales como el Festival Coral La Mina y el Mar en el que vimos un ancla enorme y una bocamina muy bonitas, además de los recuerdos de los pueblos participantes.
Como todavía había rocío en las praderas y las flores cerradas estaban cerradas fuimos a ver las jaulas de las distintas aves aún a medio despertar. Estábamos dispuestos a verlo todo durante hora y media.
También hicimos deporte en las áreas de gimnasia para mayores, estuvimos en el parque infantil aprovechando los diferentes juegos vacíos a aquella hora de niños, merendamos al solecito, paseamos y charlamos tranquilamente para luego ir a tomar el relevo.
Cuando nuestros compañeros de 6ºA acabaron, comenzó nuestro turno de pasear toda la pista para conocerlas distintas partes conflictivas, la elección de bicicletas y el comienzo de la actividad cuyo objetivo era NO PERDER PUNTOS del carnet que cada uno llevaba colgado.
También hicimos deporte en las áreas de gimnasia para mayores, estuvimos en el parque infantil aprovechando los diferentes juegos vacíos a aquella hora de niños, merendamos al solecito, paseamos y charlamos tranquilamente para luego ir a tomar el relevo.
Cuando nuestros compañeros de 6ºA acabaron, comenzó nuestro turno de pasear toda la pista para conocerlas distintas partes conflictivas, la elección de bicicletas y el comienzo de la actividad cuyo objetivo era NO PERDER PUNTOS del carnet que cada uno llevaba colgado.
De la bici fuimos pasando a los karts y de ellos otra vez a la bici. Hubo alguna amonestación, alguna colisión, algún despiste y ningún atropello, eso que la maestra nos lo ponía fácil pasando por los pasos de peatones para que hubiera de todo.
Aprovechamos muchísimo el tiempo para circular sin problemas y nos felicitaron por el comportamiento, la atención y por la forma de conducir tan alegre y fluida, cosa importante en caso de atasco.
Y, a la vuelta al colegio, hubo una petición atendida: acabar la mañana leyendo en clase lo que cada uno quisiera. ¡Broche de oro!
¡Quién no se apunta a un martes así!
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