Necesitamos un tiempo especial de música para calmar la prisa mientras vemos llover o nevar a través de los cristales empañados en los que no nos sustraemos a dibujar algún que otro corazón con la ilusión de que, al secarse el vapor, los deseos se hagan realidad.
¡Qué tiempos aquéllos en los que, al llegar estas fechas, ya nos sabíamos una nueva serie de canciones cada año porque íbamos a participar en alguna obra navideña o a cantar para los abuelos, los vecinos o las personas que no tenían niños en la casa!
¡Qué emocionante resulta escuchar ahora cómo los chavales interpretan esos villancicos que antes cantamos nosotros con el temblor de querer hacerlo lo mejor posible!
Es importante que recobremos el tiempo para recordar nuestras canciones y las compartamos con ellos al tiempo que les hacemos descubrir alguna en una lengua distinta a la nuestra. Cultivar la zona sensible con el riego de la música es una labor deliciosa que, como las buenas semillas, dará frutos en alguna no muy lejana primavera.
Y para los mayores, que somos los que hoy recordamos, algo especial Celtic Woman A Christmas Celebration EMI