Hoy conocimos a personas muy amables que nos explicaron con todo detalle el funcionamiento y las instalaciones del hospital, nos acompañaron por las dependencias y hasta nos regalaron con imágenes preciosas que tardaremos en olvidar. Pudimos comprobar que todo funciona gracias a que la organización es una buena labor de equipo formada por tanta gente que parece un hormiguero en plena faena.
Escuchamos el latido del corazón de un bebé dentro de su mamá porque ella nos permitió entrar en la habitación donde se hacía una prueba. Vimos a una recién nacida preciosísima y no éramos capaces de separar la nariz del cristal que la protegía en su cunita. Observamos cómo diferentes médicos trataban de mejorar la calidad de vida de diferentes personas desde las urgencias donde Jorge se encontró con su madre, que es enfermera, hasta el último rincón del archivo gigantesco donde está nuestra documentación. Nos asomamos a quirófanos donde se intervenía a diferentes pacientes. Visitamos la cocina dande nos dieron una lección de buena organización, de limpieza, trabajo y buen humor además de una sorpresa dulce.
Y, además, nos regalaron dos ejemplares de un libro titulado Un hospital para los niños, lleno de color y sugerencias creado por nuestra amiga la ilustradora Ester Sánchez para el Servicio de Salud del Principado de Asturias. ¡Qué buena mañana pasamos en el hospital estando sanos!
Ahora vamos a participar en un concurso de redacción que cada año se convoca entre los niños visitantes. Ya contaremos el resultado.