Una aventura de cables antes de ponernos en marcha con el nuevo cargador de los ordenadores recién estrenados. Aquí estamos al final de la jornada de clase, intentando dejar a cada uno en su lugar para poder disponer de ellos en el momento preciso.
Gracias a la fotógrafa, Alba, y a mis acompañantes Azahara e Inés, que aguantaron el tirón hasta cerca de las tres de la tarde.
Y al diseñador del armario cargador un recadito: un poco más de espacio no nos vendría nada mal.
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