Sobre el mismo escenario donde los chicos de mi clase bailaron el año pasado un tango peculiar en los Conciertos Didácticos, se perfiló durante hora y media la silueta misteriosa de este catalán universal abrazado a su viola da gamba. Jordi Savall nos hizo partícipes de su mundo de artista sin fronteras.
Magnífica sensibilidad, esmerada sencillez del genio virtuoso, explicación detallada para los oídos más profanos, elegancia suma en la ejecución y el trato.
Si alguna vez tenéis la oportunidad y os gusta la música antigua, no debéis dejar de percibir esa música celestial que este grandísimo artista entrega con la sencillez de una ofrenda de magia. ¡Soberbio!
2 comentarios:
Rosa, ahora me toca a mí padecer la envidia de la buena.
Yo amo la música de Jordi Savall y a él. Construi mi novela Sibila escuchando su... Sibila
Fuera del tiempo, fuera del espacio, fuera de serie... maravilloso él.
María
Jordi Savall es de Igualada, bastante cerca de donde yo vivo. Además de ser un virtuoso de la música antigua, ha dirigido orquestas importantes y tiene muchos premios en su haber. Si que es una delicia escucharle.
Sabes Mª Rosa, he comprado el libro "Sonata de amor". Voy a empezar a leerlo ahora, ya te contaré mi impresión.
Besos musicales.
M. Roser
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