22.10.09

HABLANDO DE ALFREDO A TODAS HORAS

¡Es que hay días que se merecen aparecer en un diario! Uno el de hoy.
En clase estamos muy apurados, para variar, pero para cotillear un poco siempre hay tiempo y para recordar lecturas, también. ¡Faltaría más!
Así que nos dedicamos a leer diarios, a hablar de libros de Alfredo, a poner mi estantería patas arriba buscando todo los libros suyos que andan por allí y, para terminar, les leí "El Ratón de Laviana" mientras dibujaban con mucho arte.
Unos ya lo conocían porque sus maestros del año pasado lo habían estrenado con ellos cuando se publicó y, a los que no tenían ni idea de que un ratón corriente de Laviana pudiera alcanzar tal grado de cultura, la lectura les encantó.
No me imagino qué podrá pasar cuando se lee esta historia de libros, ratones y Laviana, con sus bartolos y todo, en un lugar como Albacete, donde el monstruo de la biblioteca tiene su reino literario. Y hoy ¡qué cosas! me acordé un montón de ese Albacete mítico donde viven los monstruos que el señor Sendak no conoció.
Y es que ésa es la magia de la Literatura. Puede poner en contacto pueblos y gentes que ni siquiera se conocen por medio de lazos enormes formados por series de letras seguidas que cuentan historias.
Y ¡claro! a más de uno, después de la lectura, se le vino a la cabeza acabar el día pasándose por alguna de las pastelerías y, con la excusa del ratón, ponerse las botas de bartolos. ¿Veis qué aspecto tienen?
Cuando venga Alfredo, repetiremos celebración. ¡Naturalmente que queda invitado el monstruo de Albacete!

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