Hoy tengo dos imágenes para guardar. Un maestro leyendo en la Biblioteca con los niños de su primero de Primaria mientras hablaba de la abuela de uno de ellos, del pueblo de otro, de la casa de un tercero y daba cuentos a éste o a aquélla mientras administraba, con tranquilidad y paciencia, las ganas de salir de los pequeños que ahora sólo tienen un recreo ¡y corto!
Gracias, Miguel porque, en un par de años, serán los príncipes y reinas de las palabras
La segunda es de mi clase y contiene las palabras mágicas ¡las primeras del curso! pronunciadas por Aleksandra que contuvo el miedo a expresarse en castellano todos estos días. Y hoy, gracias a una historia de Joan Manuel Gisbert, dijo claramente sus primeras palabras mágicas: Frutos silvestres y todos abrimos los ojos al prodigio.
Entonces todos se iluminaron y comprendimos que existe la magia, que existen poderes en las palabras y que es importante, muy importante, cultivar en los niños la seguridad en sí mismos porque sólo cuesta dos monedas muy sencillas de obtener: tiempo e lusión.
A todos gracias por llenar mi cofre de tesoros.
2 comentarios:
Tu escrito me ha recordada lo feliz que me siento, cuando los niños de mi aula de acogida dicen alguna palabra, en este caso en catalán, por primera vez.
Tiempo e ilusión, dos palabras realmente màgicas cuando van de la mano.
Besos. M. Roser
¡Hay siempre tantas cosas que esperar mientras se trabaja con ilusión! Un abrazo grande para tus niños y para ti. Rosa
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