Julia estaba enseñándole su libro del momento (porque tiene otros muchos) al tío Anselmo y los demás estábamos fascinados viendo la situación.
¿Podría darse con cualquier niño de esa edad? Ese momento de tranquilidad, de complicidad, de atención mutua sólo se consigue si el pequeño está muy habituado a que los adultos que rodean su crecimiento estén solícitos a sus demandas de palabras, cuentan y recuentan sus libros favoritos y hablan, tantas veces como sea preciso, de lo que el niño quiere volver a escuchar.
Por eso Julia tien mucha suerte. No sólo porque dispone de libros sino, sobre todo, porque dispone de adultos que le regalan su tiempo y sus palabras.
Enhorabuena papás de Julia. El mosquito de la ignorancia no tendrá nada que hacer ante el ¡¡NO!! que ya sabe decir esa gran lectora.
1 comentario:
¡¡MARAVILLOSO!!
La Vida en toda su extensión, aprisionando el tiempo en un instante de magia: gota de elixir, perla de nacar, energía dorada. Dos vidas en conexión, correlativas, como eslabones de una cadena, como historia que se prolonga más allá del tiempo. Y todo ello alrededor de un objeto, tan simple que su sencillez es llave para abrir mil mundos. Una llave "maestra" en unas manos "expertas". ¡Buen viaje Julia, con un capitán así, el barco de tus sueños llegará a buen puerto!, seguro.
Un cálido abrazo para tí Rosa.
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