Tal vez mañana será uno de ellos porque el cielo ya está preparado para la fiesta de los paraguas nuevos, para el festival de las botas de agua y los charcos donde navegan las hojas de roble y de castaño.
Mientras duran las obras de la pista cubierta, los días de lluvia hacemos el recreo en clase y, como si se supiera que no nos gusta nada esa media hora de encierro aunque la entretengamos con juegos y lecturas, no ha llovido nada más que un día en lo que llevamos de curso.
Pero mañana...quizá celebraremos el Día de la Biblioteca buscando, por los rincones secretos de la clase, los libros que sabemos se esconden en cajas de colores mientras afuera llueven noticias de las nubes y nosotros hacemos poemas sobre lo que nos trae el viento.¡Quién sabe!
La Biblioteca, el cofre de un tesoro del que disponemos SIEMPRE para celebrar TODOS LOS DÍAS la lectura, los viajes imaginados y hacer que el paraguas de mañana nos lleve a islas desiertas, a las altas montañas, al espacio y al tiempo que fue o que vendrá.
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