La voz enorme de Mercedes Sosa ha cerrado su ciclo entre nosotros. Con ella vivimos los mejores tiempos de la rebeldía, las transiciones, aprendimos de los exiliados que venían a nosotros para recordarnos los que de aquí se fueron a las tierras de las que a ella era voz.El poncho, el bombo, la voz y esa presencia inconmensurable de mujer de raza hicieron de ella un símbolo, una presencia en la imaginería de toda un época. Y hoy se ha ido.
Nos queda la canción, nos quedan las emociones vividas al tiempo que su bella y enérgica voz nos sacudía para aprender a pensar y a actuar.
Los que tantas veces cantamos con Mercedes Sosa le debemos el conocimiento de los poetas sudamericanos y, sobre todo, el haber aprendido valor de la energía que el canto impone al trabajo diario. En su voz os dejo mi canción favorita, ésa que muchas veces no puedo terminar de cantar. Abrid pantalla a su bellísima interpretación.
1 comentario:
Querida María Rosa, gracias por evocarnos a Mercedes. ¡Cuántos recuerdos con sus canciones! ¡Cuanta sensibilidad! Hoy con la pena en la garganta he vuelto a cantar sus canciones.
Un abrazo
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